La cultura retro y su nostalgia, nos devuelve la sonrisa en cada partida.
Los 80 y 90 nunca han estado tan de moda. No es una novedad que lo vintage o, como llamamos actualmente, «retro»,cada vez está más de moda. Es más, es un concepto que ya forma parte de nuestro día a día. Todos tenemos en casa algún mueble, artículo de decoración o utensilio que podríamos encontrar perfectamente en algún episodio del Principe de Bel-Air o de Alf.
En lo que se refiere a consolas, esto no es nada distinto. Grandes compañías como Nintendo, SNK o SEGA, llevan tiempo comercializando/desarrollando nuevas versiones (mini) de su tecnología más ochentera . Nintendo mini, Neo Geo mini , Super Nintendo mini. La nostalgia incentiva el consumo, y eso las compañías lo saben. Nos recuerdan momentos felices de nuestra infancia, cuando todo era más sencillo, sin preocupaciones.
Las máquinas recreativas también vuelven a estar presentes. No sólo los que tenemos treintaitantos en adelante nos sentimos identificados, también los millennials se sienten atraídos por estos juegos.
Quizá por su sencillez de diseño, por su jugabilidad o simplemente porque son muy «trendy».
Actualmente es difícil encontrar máquinas originales funcionando. Quizás en algún bar atrapado en el tiempo, o en una sala de juegos de un viejo hotel de verano.
No obstante hay diferentes empresas en España, que se dedican a comercializar máquinas recreativas con un acabado muy profesional.
Gracias a estos negocios, en parte, y a la aparición en series y películas, podemos volver a jugar en tiendas de ropa, grandes superficies comerciales y lugares tan pintorescos como barberías.
También existe la opción de (si eres un poco manitas), fabricarte una. En la red puedes encontrar innumerables diseños, utilizando un viejo pc o una Raspberry Pi.
Hablando de series y películas, creo que empecé a notar esta tendencia, al ver la primera temporada de Strangers Things. Serie de ciencia ficción ambientada en los 80, con sus protagonistas jugando en un salón Arcade y con disfraces de Los Cazafantasmas en la noche de Halloween.
Después de eso, todo ha venido como rodado. Moda, juguetes, consolas, series, películas, etc. Se ha creado ese «guiño a…», que tanto nos gusta.
Esa canción de Duran duran, un Delorean aparcado frente al restaurante de turno, o la frase de «dar cera, pulir cera».
Ready Player One, última película de Steven Spieldberg, nos muestra una suma de todo ello en 139 min.
Lo que nadie podrá negar es que las máquinas arcade son y serán, ese estereotipo de los 80 que nos pone los pelos de punta cada vez que metemos moneda para jugar un crédito más. Y queda claro, los 80 y 90 nunca han estado tan de moda.